viernes, 8 de noviembre de 2013

lunes, 11 de junio de 2012

¿Como empezar?

¿Como empezar?

Pues a esta pregunta no tengo una respuesta clara desde mi situación, pero apuntaré algunas cosas que se me ocurren a ver si, con vuestra colaboración, encontramos el punto de partida.

Una de las cosas que más me preocupa en este asunto es el no dejar ningún resquicio opaco sin pecar de ingenuo. Como hacer para que no exista ninguna duda del buen funcionamiento y transparencia, al mismo tiempo que se esté protegido de ataques mal intencionados.

Voy a ponerme en contacto con el Triodos Bank para consultarles la posibilidad de vincular una cuenta con una página externa donde los miembros puedan observar los movimientos. De esta forma y con parte de la contabilidad también en línea, se evita cualquier malversación del sistema.

Lógicamente, la única información opaca sería los datos personales que hubiera.

Otro paso a dar sería la elección del producto, productos o servicio que la nueva empresa empezaría a prestar a sus miembros.
Bajo mi punto de vista, la elección de esto debe de cumplir una serie de requisitos en aras de hacer el tema, en un principio, lo más sencillo posible y deseable para el mayor número de personas posibles.
  1. Ha de ser algo de consumo frecuente, casi diario, o, cuando menos, de varias veces al mes.
  2. Ha de ser básico. Que de respuesta a una necesidad real y cotidiana.
  3. NO ha de ser perecedero a corto plazo. No podemos empezar por complicaciones de stocks perdidos y transportes diarios. P.e.: pescado, huevos, yogur, pan, frutas y verduras frescas, etc.
  4. Su producción o manufactura ha de ser relativamente simple. Patatas, jabón, queso.
  5. No necesariamente ha de ser producido por la cooperativa o empresa. Al igual que las materias primas de cualquier tipo pueden ser adquiridos a terceros con los que se llegue a acuerdos de precio, calidad y condiciones de servicio. Es perfectamente asumible la creación de un supermercado virtual, un economato o como se le quiera llamar, donde sus productos sean controlados, su etiquetado, la información de composición, los medios productivos y el origen de estos. Con todas aquellas características, a parte del precio, que deberíamos conocer a la hora de hacer una compra responsable.
  6. Lo que tu digas y entre todos acordemos.
Para esto crearé una encuesta en FaceBook y, si soy capaz, en una web externa, para elegir el punto de partida con la mayor participación posible.

Al mismo tiempo, intentaré crear un registro de pre-inscripción por el que sepamos con cuanta gente contar y cuanto dinero estarían dispuestos a aportar, tanto como alta como cuota mensual.

Ahora me viene a la cabeza que habrá que arbitrar algún tipo de solución para las personas con menos recursos. Aunque las cantidades de las que podemos estar hablando son pequeñas, no nos podemos olvidar de los mas débiles  y crear bolsas de excluidos. Aunque se me ocurren algunas de las soluciones, voy a dejarlo ahí como apunte para mejor ocasión.

A partir de los datos obtenidos y del debate que todo esto origine, sería de gran importancia contar con la colaboración de algunos voluntarios contables/economistas y abogados que quieran implicarse en el tema.

Evidentemente y más en los primeros pasos, todo depende de la difusión que se le de y del apoyo y esfuerzo de todos. Yo, ahora mismo, no cuento con nadie. Lanzo la idea y aportaré todo lo que esté en mi mano para llevarla adelante.

Gracias anticipadas. Espero que os interese.

viernes, 25 de mayo de 2012

Productividad

Según los medios, hasta hace tan solo unos meses, y como justificación para no sé cuántas cosas, uno de los mayores problemas que debíamos resolver en nuestro país era la escasa productividad. Aún se argumenta de cuando en cuando, pero el tema ya dejó paso a otros problemas mayores.
Pero quisiera aquí hacer un pequeño apunte sobre este tema ya que tampoco comparto la idea que en ocasiones subyace en determinados círculos alternativos y en ocasiones se expresa explícitamente.
En aras de la dignidad del trabajo, del colectivismo y algunas razones más se argumenta en contra de la productividad, sin darse cuenta, creo, de que: 1. El trabajo no es un fin en sí mismo y 2. El concepto de productividad, en nuestro país por lo menos, está desvirtuado.
Como en muchas otras ocasiones recurro a la RAE para un primer posicionamiento.

productividad
  1. f. Cualidad de productivo.
  2. f. Capacidad o grado de producción por unidad de trabajo, superficie de tierra cultivada, equipo industrial, etc.
  3. f. Econ. Relación entre lo producido y los medios empleados, tales como mano de obra, materiales, energía, etc. La productividad de la cadena de montaje es de doce televisores por operario y hora.



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Tal parece que los "empresarios" solo entienden el término en cuanto se refiere al coste de la "mano de obra", otro concepto digno de análisis, pero no es el momento ni el lugar. Jamás, en ningún medio, ni siquiera a los sindicatos, he oído referencias a la productividad en función del método organizativo. Todo se queda en la explotación por la explotación. Aunque se obtengan resultados superiores con organizaciones más eficientes o la utilización de mejores medios.

Soy partidario de aumentar las cotas de productividad en casi cualquier trabajo. Si el trabajo es un medio para obtener lo que deseamos, algo que no tenemos más remedio que hacer, hagámoslo de la mejor manera posible y con el menor esfuerzo. Siempre y cuando no atente contra otros principios y valores de más peso. Como en casi cualquier cosa lo fundamental está en la medida.

Y ¿a qué viene todo esto? Pues a que en algún foro alternativo he leído propuestas en el sentido de relajar los métodos productivos en aras de la colectivización. Creo que este no es el camino.
Creo que si tenemos que arar una huerta, por poner un ejemplo, es preferible que lo realice uno solo con los medios adecuados, que 50 con medios arcaicos y que requieren un esfuerzo considerable. Y digo con los medios adecuados, no estoy diciendo que haya que utilizar un tractor que consume una energía que no tenemos o que se nos agotará en breve. Digo que si puedo producir electricidad con un generador eólico no lo voy a hacer con una bicicleta. Sí puedo producir electricidad con una bicicleta si lo que quiero es hacer deporte. El caso es no confundir las cosas.

Soy tecnólogo a tiempo parcial, pero eso no me lleva a defender a ultranza la tecnología. Ésta, como otras muchas, es solo una herramienta y ha de usarse en su justa medida.

Todo esto también responde a hacer un poco de tiempo con reflexiones útiles, creo, mientras preparo un estudio desarrollado de un caso práctico de cooperativa. Es algo que me está costando bastante por la falta de datos concretos, pero sobretodo, por la falta de colaboración.

Sería mucho más llevadero si alguno os decidierais a ayudarme.

De todos modos seguiré.

jueves, 24 de mayo de 2012

Nota antes de continuar

Al publicar las entradas anteriores en Facebook e insistir en algún grupo de que había que empezar a hacer algo más que protestar, una miembro del grupo 15M, la única que se dignó responder, me indicó que mi propuesta era muy similar a algo que ya estaba en marcha en algunos sitios, que buscara en Google por "Cooperativa integral". Concrétamente, ella pertenecía a una en Suecia, donde hasta su casa, la energía eléctrica y casi todo lo que consumía procedía de la cooperativa.
Siguiendo sus indicaciones, efectué la búsqueda y, ¡Oh, sorpresa!, en España y en otros países también, existen un montón de ellas. Puede que más incipientes, pero con un camino claro y decidido. Incluso con sistema de moneda autónoma, banco, ayuntamientos que ceden hectáreas de terreno para iniciativas sociales, redes que asesoran en los primeros pasos, etc., etc., etc..
La primera impresión fue de asombro mezclado con rabia. La pregunta que se me venía a la cabeza es ¿qué nos pasa? ¿por qué esto no es mucho más ampliamente sabido? ¿por qué en los diversos foros del movimiento 15M no se habla de esto? ¿es que estamos todos tan a favor del sistema que lo único que nos irrita es no poder hacer que éste sea sólo un poquito menos agresivo? ¿es que no somos capaces de hacer nada por nosotros mismos, sin tutelas ni dirigentes? ¿es que tenemos miedo a los cambios de verdad, de base? ¿es que aún no nos dimos cuenta de que lo que falla es el sistema en si? ¿por qué no se les dice a esas familias que se quedan en la calle que sí tienen dónde ir y dónde tener una vida mejor que la que tenían antes?
Supongo que nadie me va a dar una respuesta satisfactoria a estas preguntas o, todo lo contrario, muchas respuestas diferentes.
El caso es que si verdaderamente queremos apearnos de este carro, que va cuesta abajo y sin frenos antes de que coja demasiada velocidad como para apearse en marcha, no veo otro camino que soluciones de este tipo.
De todas formas, las iniciativas que he visto en la red tienen un inconveniente para un gran número de personas que no han sido desahuciadas por el sistema o no tengan una gran concienciación. El cambio es radical y de un solo paso. Y en algunas ocasiones, difícil de alcanzar si no se está dispuesto o decidido a emigrar.
Echo de menos, y de ahí mi propuesta, alguna opción de cambio más gradual. Yo, por ejemplo, estoy a gusto donde vivo, no tengo problemas acuciantes o más acuciantes que la mayoría. Es más, creo que muchos se cambiarían por mi. Yo me planteo estas cuestiones más porque anhelo un sistema de vida diferente, por mis hijos y otra gente que quiero y porque creo que, por el camino que vamos, todos, ellos y yo, estamos avocados a ver y vivir una situación mucho peor que la que tenemos ahora.
Decía que echaba de menos una opción más gradual. Un método por el que ir integrándose paulatinamente en el nuevo modelo y obteniendo "beneficios" desde el principio y sin necesidad de un cambio drástico en nuestras vidas. Y no me estoy refiriendo a que no tengamos que cambiar nuestros hábitos en cuanto a racionalización de consumos y otras muchas cuestiones. Me refiero a cambiar de casa, de trabajo, vecinos etc., etc.
Esto se puede llevar a cabo con suma facilidad con esta potente herramienta que nos han regalado (creo que sin haber pensado mucho en las consecuencias) y que ahora nos quieren limitar: Internet.
Por lo tanto, además de entrar en contacto con alguna de las cooperativas que he localizado y ver las posibilidades de integración en ella, seguiré desarrollando mi idea e intentando que se sume alguien.
Pero aunque no lo consiga, agradecería de todo corazón, que se comentara o criticara fundamentádamente. Quisiera saber en qué creéis que me equivoco y que proponéis para mejorarla.

viernes, 18 de mayo de 2012

La idea

Conforme a todo lo dicho en mis dos entradas anteriores, el primer objetivo a abordar es la consecución de unas condiciones de vida favorables atacando el problema en sus dos vertientes principales:
  • adquisición de los bienes materiales básicos necesarios para una vida digna: alimentación, abrigo, vivienda, sanidad y cultura.
  • acceso a los métodos y medios para producir la parte correspondiente de lo anterior. O sea, trabajo digno y en su justa medida.
Antes de continuar, quiero aclarar que me enfrento a este tema no desde un punto de vista teórico, si no eminentemente práctico y posibilista. De implantación inmediata y partiendo de la realidad que ahora mismo tenemos delante.
En estos momentos, donde existen mayor número de posibilidades, ya que ellos se reservan el mayor número de puertas abiertas posibles, es en la creación de empresas. Han establecido tal número de modalidades, confiando en el desconocimiento de la mayoría, que han dejado un sin fin de huecos y posibilidades, que se pueden utilizar con uno u otro fin.
Utilicémoslas para nuestros fines. En silencio, sin alborotos ni estridencias. Al margen de ellos.

Supongamos que somos capaces de ponernos de acuerdo tan solo mil personas en obtener un determinado producto. Detergente para la lavadora, jabón para las manos o cuerpo, patatas, una prenda de vestir, o el servicio médico ambulatorio, o escuela para nuestros hijos o para nosotros.
Supongamos, también, que esas mil personas somos capaces de ponernos de acuerdo en cuales son los requisitos mínimos que ha de cumplir dicho producto. Calidad, ecologismo, procedencia de materias primas, etiquetado e información de los componentes, etc., etc. Eso que se reclama insistentemente desde organizaciones de consumidores y otras organizaciones.
¿Qué es lo que nos impide tenerlo? ¿Un desembolso inicial de entre 20 y 200 € y el pago de una pequeña cuota de ... ¿10 €? ... al mes?
Analicemos esto un poco detenidamente.
Con un deposito inicial, pongamos de 150€ por mil personas supone 150.000 € (30 millones de las antiguas pesetinas). ¿Cuántas PYMES se montan con este capital? Es más, hasta hace pocos años, y si la memoria no me engaña, eran solo 20 millones -120.000€ - para constituir una sociedad anónima.
Con una cuota mensual de 10€ tendríamos 10.000€. Lo que supone varios sueldos y los gastos corrientes no proporcionales de la producción de un sin fin de artículos de primera necesidad. O simplemente, en un principio, de una central de compras al por mayor.
¿Que es lo que obtendríamos de esto?
  • Acceder a productos de primera necesidad a precio de coste.
  • Calidad controlada.
  • Creación trabajo digno para una serie de personas.
  • Sin beneficios.
  • Sin impuestos.
  • Sin intereses bancarios.
  • Sin estrés de producción ya que no hay incertidumbre de mercado.
  • Sin costes intermediarios.
  • Sin publicidad.
Para casi cualquier producto que actualmente se comercializa, lo que acabo de enumerar no supone menos del 70 u 80% del precio de venta. Del que pagamos.

Pero lo más importante de esto es que para lo anterior solo he contado con mil personas. Os dejo a vosotros los cálculos con otras cantidades.
Evidentemente, las cantidades exactas de desembolso inicial y cuota, así como el número mínimo de personas para empezar depende en gran medida del producto o iniciales.
Aquí lo difícil no son los cálculos, ni los mecanismos a establecer para garantizar el funcionamiento, ni la constitución de la sociedad, cooperativa o la fórmula adecuada. Lo difícil es hacer que los dos "supongamos" con los que empecé se conviertan en realidad. Que nos pongamos de acuerdo.
Después, existen métodos y herramientas para casi todo. O ¿creéis que existen muchos presidentes de grandes o medianas empresas que tengan mucha idea de cómo se fabrica lo que fabrican sus empresas? Para eso está la gente contratada, los profesionales, cualquiera de nosotros.
Tenemos los medios. Tenemos el poder. Tenemos el conocimiento. Solo nos falta la decisión.

Espero impaciente vuestros comentarios.

Empezando por el principio

Hay una convicción especial que no he anotado en mi primera entrada, no porque me haya olvidado de ella, sino porque creo que requiere mención especial.
Yo renuncio al derecho al trabajo.
Según la RAE

trabajo.
1. m. Acción y efecto de trabajar.
2. m. Ocupación retribuida.
3. m. obra (cosa producida por un agente).
4. m. Obra, resultado de la actividad humana.
5. m. Operación de la máquina, pieza, herramienta o utensilio que se emplea para algún fin.
6. m. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital.
7. m. Lugar donde se trabaja. Vivo muy lejos de mi trabajo.
8. m. Dificultad, impedimento o perjuicio.
9. m. Penalidad, molestia, tormento o suceso infeliz. U. m. en pl.
10. m. Mec. Producto de la fuerza por el camino que recorre su punto de aplicación y por el coseno del ángulo que forma la una con el otro.
11. m. coloq. Cuba, Ur. y Ven. Preparación por medio de poderes sobrenaturales de una persona para protegerla o para perjudicarla, y de una cosa para usarla como amuleto.
12. m. pl. Estrechez, miseria y pobreza o necesidad con que se pasa la vida.

resumiendo y a lo que nos interesa:
  • Ocupación retribuida
  • Esfuerzo humano aplicado a la producción de la riqueza, en contraposición del capital.
  • Dificultad, impedimento o perjuicio.
  • Penalidad, molestia, tormento o suceso infeliz.
  • Estrechez, miseria y pobreza o necesidad con que se pasa la vida.
Menudo derecho. Teniendo derechos como este ¿para qué queremos las obligaciones?
El trabajo sólo es uno de los dos únicos medios que hemos sido capaces de idear para solventar nuestras necesidades. El otro es el vivir a costa de los demás por medio del engaño. De los que han elegido este último medio es de donde sale lo de que el trabajo dignifica.

Por lo tanto, empecemos por el principio.
¿Para qué tenemos que ponernos de acuerdo?.
Para vivir mejor, para satisfacer nuestra necesidad de sentirse en grupo y amados, para conseguir hacer las cosas, el trabajo, más llevadero, para evitar a los que quieren vivir a costa nuestra.
Y ¿en qué tenemos que ponernos de acuerdo?
Solo en lo estrictamente necesario. En una serie de normas básicas de convivencia y en cómo organizar el trabajo de la forma más equitativa posible y que suponga menos "Estrechez, miseria y pobreza o necesidad con que se pasa la vida" y nos deje vivir con alegría y amor. Y en cómo perseguir a muerte la mentira, sustento de la situación actual y de muchos siglos anteriores.
Con los conocimientos que tenemos a estas alturas estamos en disposición de llegar a ser de verdad "los reyes de la creación" (pura retórica, soy ateo).
Pero claro, resulta que hace unos miles de años nuestros antepasados cometieron el pecado original. Pero el pecado original no fue haber comido una manzana. El pecado original fue haber delegado en exceso y desconociendo el poder de la mentira. Aquellas fueron otras circunstancias y es bastante probable que gracias a ese pecado hayamos sido capaces de llegar hasta aquí. Para lo bueno y para lo malo. Pero ahora ya estamos aquí y las circunstancias son otras.
Ahora, que ya hemos conseguido suficientes métodos, medios y conocimientos para realizar el trabajo sin tantos esfuerzos, el problema es otro: cómo se le da la vuelta a la excesiva delegación.
Porque el poder existe y se ha hecho fuerte. Muy fuerte.
Pues, yo creo que la cosa es mucho más sencilla de lo que parece. ¡Ojo! digo sencilla, no fácil.
Bien, basta de preámbulos. En mi siguiente entrada entraré al grano.

Premisas - Mis convicciones

 Quiero enumerar aquí algunas de mis más profundas convicciones sin ánimo de desarrollarlas, ni explicarlas, ni debatirlas. Sólo lo hago con el ánimo de servir de base a mis posteriores entradas. A título de referencia.
Si alguien quiere discutirme alguno de los puntos, o en su totalidad, puede hacerlo en otro blog que prepararé al efecto. Y estaré encantado de debatir con cualquiera.
  • Ningún individuo está dotado por naturaleza de ningún poder sobre el resto. Solo tenemos diferentes capacidades.
  • Cualquier individuo que ostente poder sobre otros sólo lo hace porque otros le otorgan ese poder.
  • La responsabilidad de los actos de quien ostenta poder es más de quienes se la otorgan que de quien la ostenta.
  • Cualquier forma de poder formalmente establecido nunca estará íntegramente al servicio de quienes otorgan ese poder sino, más bien, al de quien lo ostenta.
  • Si quien ostenta el poder produce beneficios a quienes lo otorgan solo será en la medida justa para mantener ese otorgamiento. El coste de mantenimiento.
  • El principio del poder no es otro que la delegación despreocupada por parte de los otorgantes.
  • Si algo ocurre, al margen de los fenómenos naturales, es porque el poder lo hace o lo consiente.
  • Un poder es mayor que otro cuando cuenta con más fuerza o más inteligencia.
  • Contra los poderes no hay forma de luchar, sólo se puede dejar de otorgarles poder. 
  • Sólo un poder puede luchar contra otro y sólo cuando el primero sepa que es mayor que el segundo.
  • El poder nunca utiliza la violencia física, lo hacen quienes se lo otorgan, bien por compartir su idea, bien por temor, bien por prevendas.
  • Todos tenemos capacidad de elección.
  • La libertad no se consigue, se tiene, y nadie se puede desprender de ella.
  • La responsabilidad es inherente a la libertad. Se es responsable porque se es libre y se es libre por que se "es". Todos somos libres y responsables.
  • Lo único que coarta la libertad es el desconocimiento. Ni la fuerza, ni el miedo. Estos solo condicionan nuestras decisiones. Pros y contras en una balanza. La decisión sigue siendo nuestra.
  • El hecho de que una toma de decisión cualquiera sea comprensible no la hace mejor ni peor.
Si algo se me escapa ahora ya lo iré poniendo más adelante, pero creo que está bastante completo.
Todo esto me lleva a dos conclusiones principales:
  • Las cosas están como nosotros dejamos que estén, y
  • Solo tenemos que empezar a definir cómo queremos que sean y empezar a hacerlo.
Insistir mucho más en lo que no nos gusta del poder, seguir malgastando energías en protestas al poder, peticiones, etc., etc. no lleva más que a perpetuarlo. A seguir otorgándoles el poder.
Es cierto que no lo podemos hacer desaparecer de un plumazo, pero también es cierto que podemos empezar a caminar en otra dirección.
Esto es lo que me propongo desarrollar en este blog.